domingo, 30 de marzo de 2008

Amigdalitis


Tu abrazo me dejó un nudo en la garganta
De todo lo que debí y no decir
Tu dulce me dejó un ligero amargo... como los endulzantes ligth
Igual me lo diste y te negué la propia caña de azúcar de mis labios

Bajo el sol siempre hay más por ver
Bajo los flourescentes, un remedo de nada
Y me pierdo en esa nada
Como tú en mi agotamiento

Mi nudo en la garganta me acaloró
Me acostó en la cama y me dolió
Amoxicilina y reposo, dijo el hombre vestido de blanco
De nuevo tu abrazo, me dije yo.

viernes, 28 de marzo de 2008

Alas y Tablas



Niñez! Como me gusta esa materia. Hurgando en la niñez de Angelote (mi papá) descubrí que cuando estuvo en quinto grado de primaria se subió al escenario de un viejo cine-teatro “Le París” que se encuentra, todavía, en la avenida la Colmena en el Centro de Lima pero ahora tiene otro nombre y sus funciones son prohibidas para los niños, los adolescentes y algunos jóvenes. El hecho es que se subió y le aplaudieron.

La corta carrera de actor de Angelote empezó y terminó con “El Verdugo”, como se llama la obra que montó el grupo teatral Taller 15 aquella vez en el “Le Paris”. “El Verdugo” es un hijo de la dramaturga peruana Sarina Helfgott. Gracias a ella Angelote tuvo su minuto de fama y en noviembre de 1966 en muchos diarios locales se comentó la brillante participación del niño Augusto Bonilla (o sea Angelote) en dicha obra.
"Yo tomaba un libro y describía lo que haría el verdugo, mientras todos me seguían con la mirada y asustados de que continúe con la lectura de presagio, me pedían que me calle con un buen pedazo de pastel de manzana", me contó Angelote.

Cuando lo volvieron a llamar para participar en otro invento teatral, mi abuelita Rosa (mami de Angelote) dijo ¡NO! Porque Angelote faltaba mucho a clases y estaba bajando el rendimiento en sus calificaciones. ¡No, mucha vida nocturna a destiempo para el niño!
Y así mi abuelita se vio obligada a hacer el papel de verdugo de la carrera teatral de Angelote.

“¿Y si fuera un famoso actor?” se preguntaba Angelote mientras me contaba esta historia. “Andarías de mujeriego seguro y quizá yo no estaría aquí”, le dije e inmediatamente le tomé la mano y le sugerí una caminata.
Se quedó en mi cabeza. “y si fuera, y si fuera, y si fuera” haciendo eco. Me cuestioné mil momentos, doscientas respuestas, cien mentiras, una docena de besos y muchas firmas. Encontré que tantas ideas en pasado condicional afirmativo o negativo son de terror. Así que sonreí y me regalé un suspiro de satisfacción por el no arrepentimiento de lo relevante. Por respirar hondo el presente. Luego llegué a casa e hice una lista de algunos momentos de debilidad en los que disparé palabras duras, quizá hirientes a la gente bella que se ha metido en mi corazón y ahí sí que me arrepentí…Todavía estoy a tiempo de deshacer entuertos ¿no?
Extraído del Latin American Theatre Review. Artículo de Daniel Reedy y Robert Morris que se llama The Lima Theatre 1966-1967. Donde hablan del éxito de la obra "El Verdugo" en que participó Angelote.

jueves, 27 de marzo de 2008

LA OFICINA





Me conecté de nuevo a la Matrix laboral. Mis cortas vacaciones playeras me dejaron un color de piel entre dorado y “negra Tomasa” maravilloso. 475 correos electrónicos sin leer me recibieron de brazos abiertos y, además, mi gatito gordo y morado de la suerte, mi troll de pelo verde y un balserito del Titicaca minúsculo que habitan sobre mi escritorio y que son testigos de mi diaria transformación en energúmena.

Antes de hablar de “lo mejor de mi chamba”, me sacudo (mismo perrito que sale del agua) de todo discurso panfletario para reconocer que los lugares que más me gustan de la oficina son: el baño de mujeres y la salita del café. Es en ambos lugares donde uno se nutre de un cierto espíritu de cofradía y también, donde se puede ser testigo del principio y fin de una taza de café: desde que es bebida hasta que se expulsa por obra y gracia del proceso digestivo y excretor de nuestros cuerpos.

Y a todo… ¿Qué? Pues nada. La salita del café es donde la gente habla del fin de semana, de la cantidad de trabajo que hay por hacer y de las propiedades de la cafeína como para justificar el consumo de esta deliciosa droga legal, social y hasta obligatoria.
El baño, por lo menos el de damas, es el lugar donde las chicas no siempre vamos a hacer pis o popó (por suerte). Nos miramos al espejo, nos acomodamos la ropa, nos lavamos las manos mil veces o simplemente utilizamos el recinto para secretear, nada menos. Y..claro, lo único capaz de alejarnos del baño es alguna repentina e inevitable pestilencia humana.

Como dije, ambos lugares tienen un espíritu de congregación que nos hermana que nos hace iguales ante una debilidad o una necesidad fisiológica. Nos olvidamos de los rótulos y los títulos para ser simplemente humanos. Por eso me gustan pues!

Capítulo aparte (punto y guión)
Todos los amigos especiales que conocí en mi chamba serán objeto de otro capítulo. Como quien no quiere la cosa, entre ellos están: Mamá Tru, mi Tía Amelia, Jaidi, Rox, Adri Chanchitos, Maric…hay más pero como dije ya los estrellaré al lanzato cuando sea necesario. ¡TOLOGO!

Mis vecinos de escritorio: Balserito del Titicaca, Troll peliverde y Gato gordiflón de la suerte.

martes, 25 de marzo de 2008

Busco y busco


¡Novio no! ¿Novia? ¡Menos aún! No como los exitosos bloggers de “El Comercio”. No es eso lo que busco. Pero busco. Porque creo en aquel famoso refrán que me promete que algo encontraré si sigo buscando.


Recientemente le estoy buscando el significado a una serie de coincidencias tontas que espero me lleven a descifrar alguno de esos caprichosos jeroglíficos de la vida.

La primera búsqueda empezó cuando chapé mi Nextel y llamé a Rox para contarle de mi galán: “Me he encontrado con ese mequetrefe hasta en la sopa. Incluso con una chica que presumo es su novia o por lo menos su amiga cariñosa”. Y ella me respondió: “Debe ser por algo”.

Ahora ese “algo” ¿significa que debo lanzar cáscaras de plátano a los pies de su novia o que simplemente debo cerrar esa historia?, me pregunté. Si optara por la batalla platanal y resultara victoriosa tendría que cargar con un trofeo que, en el fondo, no se si quiera. No. Con esas cosas no se juega. Paso.

Me quedo entonces con la segunda opción para poner coto a esta primera búsqueda. Así, de esta manera, querido lector@, para cerrar la dichosa historia que yo solita empecé a escribir, exactamente el verano pasado seguiré escribiendo (literalmente)... Yo seré Juanita Bonanza y él: Pablito Clava Clavito (como el de la rima y sin aludir a la dimensión de ciertas partes). Aquí va el cierre de la historia:

El jardín de Juanita Bonanza se había quedado sin margaritas de tanto que las arrancaba para deshojarlas pensando en Pablito Clava Clavito. “Me quiere, me desea, me ignora”, se decía.
Un día invitó a Pablito a tomar un bubble tea que en realidad fueron dos, tres, seis vasos de té, los que se alternaron con la charla. Fue entonces que Juanita descubrió que Pablito tenía en la cabeza más bolas de tapioca que el mismo bubble tea, en lugar de seso. Se desilusionó profundamente, le dijo “voy al baño ¿ya?” y escapó. FIN DE LA HISTORIA.

Ya con el guión escrito, sólo falta su ejecución y con eso cerraré esta historia, y estaré lista para escribir una nueva...pero tendré que seguir buscando, para empezar, protagonistas.

lunes, 24 de marzo de 2008

Humo


En el fondo del cenicero quedó un instante de placer inspirado y expirado. El recuerdo de la pequeña brasa de un lapso de nada que sólo sumará daño colateral.
En esa piedra yacen mis palabras hipnotizadamente sinceras, mi exprimido subconsciente y una idea de humo de la vida de a par.
En el piso se acomodaron las cenizas que soplé del fondo del cenicero de piedra, esperando que con ellas se esfume tu presencia entre claves, notas y luces de colores ajenas. Como tú a mí, como yo a las apariencias.
Me quedé esperando a que la garúa se encargue de limpiar. Esperé, espero…

Mañana será otra página en blanco, otra entrada del blog rosado y finalmente, otro incendio por iniciar.

martes, 18 de marzo de 2008

CAR WASH


Ayer llamé a mi amiga Rox para contarle que finalmente asumí la maternidad de mi carro: “Rox lo lavé yo misma”. Eso bastó para afianzar la abrupta relación que teníamos pues es difícil aceptar que tu automóvil es gay. El mío nació varón. Su antigua dueña se refería a él como “bebé” porque su placa empieza así: BB. Pero una vez que pasó a ser de mi propiedad le afloró una intensa personalidad femenina. Por eso lo re-bauticé como Massty para evitar suspicacias sobre su identificación sexual. Además, siendo yo miembro honorario del Club GG, tenía que contar con un nombre a la altura de todo buen sibarita o glotón. Un nombre que de-lectura-corrida suene al verboide que define la acción de mover la mandíbula al servicio del bolo alimenticio. Damas y caballeros, comunidad gay toda, con Uds. el Massty-Car, mi hijo.

Como todo buen gay, Massty es ochentero. Se podría decir que la música fue lo que en principio nos unió. Pues al escuchar una pegajosa canción de Rose Royce cuyo estribillo es “working at the car wash, girl”, me provocó convertirme en una car wash girl. Con esa sexy canción de fondo me puse el bikini, shorts, conseguí los implementos de limpieza y empecé... Terminé barriendo y trapeando la terraza, la sala, y los pasillos de mi refugio sureño, sudando la gota gorda por supuesto.

Habían dos “chanchitos” (creo que sus verdaderos nombres son cochinillas de la humedad) en el piso de uno de los baños que me animé a limpiar. Lancé un balde de agua y uno de ellos se abandonó al ahogamiento. El otro, empezó a nadar en dirección a mí, la causante de sus desgracias. Se subió al trapeador y salvó su vida. Entonces, como premio a su valentía y esfuerzo, lo cargué y lo puse en una maceta. Este “chanchito” merece pasar al siguiente nivel de existencia, pensé con mi fervorosa fe en la reencarnación. Enfrentar la fuente de nuestros temores nos salvará, seguí pensando. Entonces recordé que mi Tía Amelia me dijo que había decidido enfrentar a su perrito mordelón. El ejemplo no viene mucho al caso pues ella piensa que si deja que el perrito la siga mordiendo, la piel se le endurecerá y después ya no sentirá nada. Así que todavía no se decide mandar al cahorro ingrato ese a la perrera. Cosas de mi Tía Amelia.

Volviendo al tema de la limpieza, aunque ésta destroce cualquier manicure, sirve como terapia de limpieza interna. Es como materializar la culpa, el stress, el miedo y todos esos sentimientos destructivos que producimos lo seres humanos para luego barrerlos y botarlos. Esa fue la moraleja del CAR WASH de hoy: ¡a limpiar se ha dicho!

viernes, 14 de marzo de 2008

Cuento para adultos



Los cuentos infantiles fueron creados por adultos para que los niños aprendamos a temer y a canalizar nuestros temores. El pobre lobo fue el "chivo" expiatorio, el que pagó "pato", en cada historia. Y entre tanto animal, los niños terminamos identificándonos con el "chanchito" de la casa de ladrillos como ejemplo de previsión y seguridad. Fueron creados para que aprendamos lo que es una "frustración", antes de experimentarla.


Y así andamos por la vida diciendo oink oink con nuestros ladrillos a cuestas para aventárselos a quien pretenda lastimarnos, para levantar muros delante de quién pudiera parecer peligroso o, finalmente para encerrarnos en nuestra casita a prueba de soplidos de lobo feo y malo. Siempre muertos de miedo.


Hoy leí algo: el miedo es producto de la ignorancia. Es cierto uno teme a lo desconocido. Pues lo conocido, si sabemos que es nocivo lo evitamos. Pero el miedo "a priori" es como tomar un laxante antes de saber que sufrimos de estreñimiento.


Soy una miedosa, lo reconozco. Pertenezco a una comunidad de miedosos pero tengo mis razones: me robaron alguna vez, me pasó la corriente, me tomé el baygón y casi muero, me mintieron, me rompieron el corazón. ¡Por eso he decidido levantar muros para que nada malo me vuelva a pasar (oink oink)! Pero... ¿y el mundo? Hay tantas pupilas donde vernos vivos (como dice Sabina) ¿Renunciar a ello?


Si la enfermedad la originó un cuento para niños escrito por adultos...¿el antídoto sería un cuento para adultos escrito por un niño? ¡Exacto! Y como los niños no saben escribir, no los de la edad necesaria para que funcione la cura, me dedicaré a mirarlos balbucear y lanzar irreverentes cosas al suelo esperando que las recoja y les diré a todos mis queridos miedosos que se atrevan a romper su muro y ¡a buscar infantes! Que si no encuentran a un niñito por ahí que lo busquen dentro de sí mismos y oink oink, que busquen un cuento para adultos escrito por un niño, oink oink que escriban su cuento oink. !Escríbanlo!

La vida es como el mar. Ya entiendo por qué le temo.

lunes, 10 de marzo de 2008

La vida es un picnic





Todavía no me repongo del ajetreado fin de semana. ¡Lindo! Inaugurado con un maravilloso picnic el viernes por la noche en el parque María Reiche de Miraflores. Vino, fruta fresca, quesos, todo rico. Alrededor del mantelito, a la luz de las estrellas y con la brisa marina en los rostros, la selecta congregación GG en pleno. De lo más nice.
La charla, como siempre fue lo mejor de la velada y estuvo llena de sorpresas. La primera fue la inesperada llegada de Mamá Tru a la ciudad. Ella dejó su volcán, se trepó a un avión y llegó a tiempo al picnic para decir “presente” y servirnos la fruta. Así es mamá Tru, toda una mamá. Adri Chanchitos, también miembro activo del clan nos contó con alegría que a Luis Mustang, su parejo, lo subieron al ascensor en su trabajo. Todas felices. Mi tía Amelia nos reveló su alergia a las hormigas africanas y yo no tuve nada nuevo que decir. En realidad, mucho no dije porque me dediqué a comer tostaditas de queso con dulce de aguaymanto, deli.
Sintiendo el crujido de las tostadas en mi oído medio, mientras las masticaba, me perdí en mis pensamientos: “la vida es un picnic: es un mantel con un montón de cosas encima para compartirlas, puedes probar algo y si no te gusta mucho pruebas otra cosa, hasta que te quedas con lo más rico y eres feliz” Luego miré la oscuridad del mar por detrás de los arbustos y me dije: “Ser feliz es una elección, sin duda”. Luego me tomé un delicioso vino blanco que mi tía Amelia nos llevó. No mucho porque tenía planes de manejar y a Massty no le gusta el olor de gente que ha bebido. (Massty-car es como se llama mi autito)
Cuando se levantó la sesión se acabó la seriedad y nos fuimos corriendo a los juegos infantiles para no perder contacto con nuestros “chavitos interiores”. Luego nos despedimos y regresó, cada quien, a su agenda personal.
La mía consistía en irme al Sur con Jaidi y Picuruta, escribir alguna historia oscura en mi vieja lap top, tomar baños de luna y finalmente dormir.
Al día siguiente (sábado), el espectacular gringo, con sus rayos se metió por mi ventana y me despertó a cachetadas. Terminé de escribir un par de ideas en mi vieja, viejísima lap top. Luego me fui con Tía Amelia, Rox y Adri Chanchitos a tomar sol y a llenarnos de arena los pies hasta que nos dio hambre. Qué como me encontraron ellas, pues siguiendo la pista que dejó Massty dieron con mi refugio de verano.
Por la noche, me fui con el asesor de modas de mi tía Amelia y otros 3 amigos a un concierto de música reagge. Había tanta María en el ambiente que la euforia nos invadió a todos y nos provocó decir salud una y otra vez. Cuando acabó el concierto las bebidas espirituosas tomaron la posta de María y seguimos bailoteando hasta que recuperé la cordura y decidí regresar a mi refugio. Por cierto, me encontré con muchos conocidos esa noche y con alguien especial a quien hace tiempo quiero prepararle una rica cena.
El domingo regresé del sur a tiempo para almorzar con mi mami y para ir luego a un show misceláneo al que me había invitado Rox. Hubo de todo en el show: danzas japonesas, peruanas, modernas pero lo mejor fue una espectacular performance de tango, con esa me quedé. Como en el picnic: probé de todo para quedarme con lo que más me gustó: mis tostaditas de queso con dulce de aguaymanto. ¿Porque se eso se trata la vida no?




Faltó una foto en los columpios. Ese trío! Maric, Rox y ese Polo rayado es la niñita Rous.

viernes, 7 de marzo de 2008

Cosas del Misti






Como todos tengo un grupo de amigos especiales. Sin que esto se refiera a alguna discapacidad (ni de vainillas) son especiales porque son mis cómplices y yo de ellos. Porque se eso se trata la amistad, de una sociedad sin fines de nada más que la propia amistad. De un intercambio de secretos, un lazo invisible. De un contrato de paño de lágrimas, sin penalidad. Un tratado de buenos momentos y buena comida, una foto de brindis.

En este importante rubro, está mi amiga Rosita. Sí, claro mi tocaya. Ella aunque no tenga hijos, ha decidido adoptar a todas sus amigas y a su perro. De ahí que le digamos: “Mamá Tru”. Aunque es chiquita, es 99% pulmones, de ahí que la podamos identificar a distancia si se le ocurriese soltar la carcajada. Colecciona ollas e inciensos, ambos para preparar cariños para sus amigos a régimen de vegetales y frutos del mar.

Una noche en que mi tía Amelia y yo nos disponíamos a irnos de bares con Mamá Tru, nos dimos con la sorpresa de que Mamá Tru se había puesto su pijama “mata pasiones” (así como las medias Merrell que se pone mi Tía Amelia para dormir) y se había metido a la cama. ¿Y ahora?, nos preguntamos. ¿Nos vamos? Y, de repente, juaz! se prende la luz de la ventana de Mamá Tru quien se asoma, ataviada con sus ruleros, a decirnos: ¡SHICASH, DIVIÉRTANSE! Tal frenillo nos hizo cuestionarnos si seguir llamándola Mamá Tru o pasar a decirle abuelita. Esa noche la risa nos duró más que los tragos que nos tomamos en el bar.

A esta altura del relato, si Mamá Tru está leyendo esto, debe estarse riendo mucho o llorando, o las dos cosas. Porque ella es muy emotiva y dulce a la vez. Es el Shirley Temple de la lista de tragos de mi karaoke favorito, el último mordisco de pan con mermelada de piña, la canción de niños que recordé ayer.

Ella está un poco lejos ahora. Se fue a Arequipa a morar a los pies del Misti porque está investigando si puede construirse un batán con roca volcánica metamórfica para chancar dientes de ajo y cocinar cosas ricas. Así, entre tanto, la extraño mucho y espero llegue pronto para regalarle un poco de la crema NIVEA que me enviarán los chicos buenos a mi casa en un camión cisterna gigante.



Mamá Tru y yo asaltando la cocina de mi casa.

jueves, 6 de marzo de 2008

NIVEA OYE!



Ayer abrí mi correo caliente (me encanta decirlo en castellano) y encontré una comunicación de los chicos buenos de NIVEA que me decían que habían publicado algo que les mandé. Ellos habían hecho una encuesta porque querían saber qué era lo ya no ya-non plus ultra beautiful para mí. Y… bueno les mandé una foto mía, por supuesto. Además un pequeño texto donde les decía que para mí la belleza era bla, bla, bla y la admiración de lo imperfecto de la Naturaleza. Creo que les gustó y juaz! lo publicaron.
Corriendo empecé a bombardear a mi familia y amigos con el link para que “aprecien” la distinción que los chicos buenos habían tenido conmigo al publicar mi carabina con balines en su web celeste.
Ya me imagino a mi mami dando clic y esperando y esperando…y…bueno…esteeee…esperando un poco más…¿ya? Un poco de paciencia por favor y, bueno… demora un poco pues… depende de tu conexión mami. ¿Te mando un print? (Para los jahairos que no sepan lo que es print, se trata de la copia de la imagen que aparece en la pantalla de la PC) Así las cosas, o aceleran la web los chicos buenos o le cambian de nombre a la paginita por NILAVEA.
Lo cierto es que a donde sí mandé el print fue al club GG, en vista de que a sus distinguidos miembros les pesa hasta las pestañas esperar unos segundos, minutos u horas por algo. Ni modo.
Además, por ser tan selecto dicho CLUB debo sentirme agradecida de pertenecer a él y haber sido designada su presidenta por 3er año consecutivo. Pero más agradecida me siento con los chicos buenos de NIVEA, no sólo por la publicación sino por ser los responsables de mi dorado bronceado veraniego, splash ¿soné a publicidad?
Recuerdo la superlata de crema NIVEA azulina, con su rico olor, aspecto de yogurt griego y sus beneficios contra la erisipela. Y ahora tiene todo un arsenal de productos como varitas mágicas, conejos, sortilegios y sombreros para hacer magia contra las arrugas, la celu y demás. Y ya para no dar más lata azulina con el tema, les cuento que ayer fui con mi tía Amelia por un helado 0% colesterol y nos encontramos con su asesor de modas, bien nice él y alucinadísimamente feliz porque le habían dado permiso de ir con jeans a trabajar los viernes. Pensé: ¿yyyyyyyyy? yo siempre vengo a trabajar en jeans los viernes. ¿A qué venía el comentario? ¡A la reflexión naturalmente! De que uno no valora lo que tiene, hasta que otro lo aprecie o lo anhele. O sea, las regias que no necesitan NIVEA ni nada, ni se enteran de hay quienes venimos luchando día a día para vernos GONITAS o graciositas por lo menos.


Aquí el print... dale clic y, si tienes suerte, verás hoy la página, o tal vez mañana.

martes, 4 de marzo de 2008

Tía otra vez



Otra vez voy a ser tía! En realidad eso lo sé desde hace algunos meses. La novedad es que por fin mi hermano desistió de bautizar como “IGGI” a mi nonato sobrino. Efectivamente, será otro niño con quien Octavio, el rey de Mazapán, podrá fluir en el transcurso de su niñez. Será Paulo Jonás su cómplice de travesuras.
Ya con un nombre decente puedo publicar una entrada decente sobre esta linda noticia.
Vale aclarar que mi hermano tenía sus motivaciones para pretender semejante atrocidad con el pobre inocente y, gracias a Dios, no pasó de ser una pretensión. Por supuesto se encargó de desasnarnos: “IGGI es un nombre africano que significa hijo único”, explicó a cada miembro de la familia. Su explicación más bien pasaba a ser un atenuante de risas o la indignación de la parentela; o ambas. Como fuera, lo importante es que logramos persuadirlo.
Volviendo al tema de la linda noticia y de lo re-tía que voy a ser, me pregunto si por cada sobrino que tenga inauguraré un blog. Recordemos que este Blog nació con mi sobrino Octavio. Y, así como hay niños que nacen con el pan bajo el brazo, Octavito nació con el mazapán bajo el brazo.


Y Paulo Jonás ¿con qué llegará? ¿Con un novio para su tía, que la distraerá lo suficiente como para dejar de escribir historias taciturnas en un pobre e inocente blog rosadito? ¡Qué nervios! Un blog sería más manejable, aunque tenga por lectores a cuatro fieles gatos apenas. La gata Alice, el gato Angelote, il gato Salazare (armé del´air kiev) y la gata Rox.


A todos mis gatos les doy las gracias por su constante lectura y comentarios. Creo que hay una vaquita y un chanchito que también leen este blog...sí! ¡Habrá mazapán para rato!


El rey meditando sobre el futuro de su reino de mazapán...

domingo, 2 de marzo de 2008

Mañanitas




De un tiempo a esta parte extraño amanecer con quien nunca viví, a quien nunca besé, deseé o amé.

El sentimiento de pérdida me invade cuando abro los ojos, miro al lado y mi eterna almohada no tiene más cabeza que la mía encima.

Mi espalda se siente tan sola sin un pecho en el que se apoye o sin otra espalda que la entibie. Mi hombro, huérfano de besos.

Mis pies, más fríos que nunca, no recuerdan quién o cuándo. Tantean vanamente, pataleando, otros pies, sin éxito.

Debe ser Morfeo a quien anhelo por las mañanas. Quien se va para yo despertar (porque ya logro dormir). Finalmente duermo, aunque despierte con esta angustia sin nombre ni apellido. Sin cura aparente. Quizá con un calmante: que incluya a un tercero dispuesto a acompañarme cuando Morfeo se vaya. Alguien a quien quiera un poco, a quien sea capaz de extrañar y que no espere más de mí que un rico desayuno con jugo de papaya.